Llega un nuevo año y con él la promesa de nuevos comienzos, y nuevos proyectos y propósitos. Muchas personas elaboran sus listas de deseos, resoluciones o propósitos en los últimos días de un año.
No obstante, muchas veces esos propósitos se abandonan a las pocas semanas, sin razón aparente. Casi siempre una lista muy larga de proyectos, sin un plan concreto para alcanzarlo o que simplemente repite conductas fallidas de forma inconsciente, subyacen como razones de tal abandono del propósito.
A continuación, las recomendaciones que, en mi experiencia, y la de varias personas especialistas en la materia, pueden orientarte en cómo ser exitoso con tus propósitos de año nuevo:
- Menos es más: concéntrate en pocos propósitos en lugar de hacer una lista muy larga que puede ser muy ambiciosa, puede que olvides pronto y hasta te desmotive. En lo personal, creo que entre uno y tres propósitos es lo ideal.
- Enunciar adecuadamente el propósito o petición: usando verbos activos, en infinitivo o tiempo presente, enunciando el proyecto o propósito en forma positiva y con una métrica y tiempo definidos. Por ejemplo, es mejor proponerse “mantenerme en excelente condición física, ejercitándome dos veces a la semana todos los meses”, que simplemente proponerse a “perder peso”.
- Sentir el sentimiento: repetir mentalmente la petición o propósito, visualizando el resultado e identificando cuáles son las emociones y sensaciones corporales producto de ese logro. El cerebro comienza así a programarse para el logro, apoyando todo pensamiento que lo aproxime a la sensación de logro o resolución definida.
- Agradecer por el resultado como si ya se hubiera alcanzado la meta o propósito. Esto refuerza la conexión mental que se inició en el paso anterior.
- Crear un recordatorio de tu propósito y ubicarlo en un lugar visible. Algunas personas construyen un tablero visual o collage, otros lo escriben en un post-it y lo pegan en la puerta de la nevera o el espejo del baño, un fondo de pantalla o wallpaper para el móvil o el computador también son opciones.
- Identificar los grandes pasos o actividades principales que te permitirán lograr la meta o propósito.
- Descomponer la primera y segunda actividad en subactividades más pequeñas; tan pequeñas que no te cueste nada realizarlas (pasos de tortuga). Por ejemplo: “escribir todos los días durante diez minutos” para completar tu libro puede parecer poco, es muy simple y no cuesta mucho. Eso es mejor que no escribir nada por meses. De esta forma, verás avanzar tu proyecto, incrementando tu motivación.
- Identificar y acceder a los recursos materiales, a las personas o grupos que puedan ayudarte en tus actividades.
- Comenzar a realizar las miniactividades.
- Celebrar los avances (una felicitación mental puede ser suficiente) o analizar tras el fracaso qué se hizo mal para corregir y seguir adelante.
- Repetir los pasos 7, 8, 9 y 10 para cada actividad hasta alcanzar la meta.
- Recapitular sobre la experiencia: además del logro obtenido, ¿qué nuevas habilidades identificaste/fortaleciste? ¿Qué hábitos cambiaste o abandonaste? ¿Cuáles son las nuevas personas con quienes te relacionaste?
Este proceso te permitirá lograr tus metas e incluso, facilitarte la elaboración de ¡tu lista de propósitos el año entrante! Algunos proyectos habrán creado hábitos en ti que ya formarán parte de tu vida cotidiana, acercándote a tu meta global de felicidad y éxito en la vida.
¿Qué te parecen estas ideas? ¿Qué otras recomendaciones tienes para lograr propósitos de año nuevo? Te invito a participar en la discusión, dejando un comentario. ¡Gracias de antemano!