Juzgamos, criticamos, castigamos,
maltratamos y no hablo solo de lo que expresamos con respecto a lo que pasa
afuera sino a la forma como nos referimos a nosotros mismos. Reiteradamente
reaccionamos intempestivamente ante las situaciones
y la respuesta comúnmente usada es “yo soy así” y es ese el momento idóneo para
preguntarnos: ¿en realidad soy así? ¿Se en realidad como soy?
La idea que tenemos de nosotros mismos pocas
veces concuerda con quienes somos en realidad.
Y es que si nos diéramos a la tarea de
prestar atención a nuestros discursos mentales podríamos comprender que somos
los causantes de nuestras propias “desgracias”. Así es, aunque parezca
descabellado e ilógico somos nosotros quienes orquestamos los acontecimientos
del día a día.
La primera palabra o frase que viene a
nuestra mente al momento de levantarnos determina nuestra actitud durante el día,
así que la invitación es a escucharnos atentamente, las palabras tienen poder y cada uno de nosotros tiene el poder de
elegir lo que queremos vivir.